Pues porque sí

¡Porque hay males que ya llevan milenios!

¡Porque son mejores cien pájaros volando!

¡Porque incluso en literatura, nada está escrito!

August 04, 2011

Me río de janeiro


Con todo y el respeto que me inculcaron mis mayores por mis mayores, no puedo más que reelaborar cierto legado cultural carioca. Sin duda las crónicas y novelas de Machado de Assis y sus retratos de la pequeña aristocracia y burguesía local están llenas de encantos y méritos ––“genio”, no en vano, le llaman los más orgullosos. Las crónicas y novelas de Lima Barreto y sus merodeos por los bajos fondos, lupanares, cantinas y casas de juego nos presentan por oposición ese otro aspecto urbano que resulta, a nuestro entender convencional, mucho más colorido y edificante. La poesía de Drummond de Andrade, y su épica Elegía de 1939 ––“porque no podemos, solos, dinamitar la isla de Manhattan”––, marcará el ritmo de nuestros ensueños libertarios. Los ladrillos de Clarice Lispector, aunque también hija putativa de la ciudad, nos han sacado radicalmente de ella con sus crisis cognitivas y metafísicas. Y ya que de crisis  hablamos, hasta el mismo Paulo Coelho nos ha enseñado a cómo conseguir amigos, y en más de treinta idiomas.
          Desde otro ángulo, el surgimiento de la samba ––y la grandiosidad decadente de un Noel Rosa o un Pixinguinha––, y su celebración del malandro, aparece de gran sugestión cuando comparamos procesos similares con la salsa, además de alegrarnos veladas en youtube. El aire prohibido del maxixe, la melancolía del choro, el amaneramiento de la bossa nova,  y otros que han de escapárseme, no hay objeción, nos obligan a toda suerte de reverencias, y respeto, y etcétera etcétera.
          Sin embargo, debemos admitirlo, la parada cultural carioca ––¿brasilera? ¿y dónde los adalides del techno brega?–– va por otro rumbo. Ya desde los repentistas nordestinos y sertanejos la gran fuerza de la improvisación se veía venir. Lo que no imaginamos fue que, junto a ello, también llegarían corrientes tecnológicas y submundanas del Imperio. En el origen, finalmente, siempre Áfríca. Así, como celebración de su máxima representación artística, esto es, la confluencia de su corriente musical y su gran componente lírico, con ustedes, damas y caballeros, ladies and genttlemans, senhores e senhoras, directamente desde las Escaderias da Lapa, y con acompañamiento exclusivo de musiquita de celular pregrabada: Anderson Bruno, ––o meu parceiro, sem dar bandeira, e antes da farra no morro de Arará––, en pleno despliegue de talento, de virtuosismo drogado, perezoso, dejado, vivo, casi puro, casi intacto en su fuerza primigenia, casi ausente de vanidad, con ustedes, leidis and genttlemans, esta rima improvisada, este ritmo chapadão:

                  

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